La buena noticia es que la ley chilena —específicamente la Ley 20.720 y la Ley 21.563— entrega herramientas claras para liquidar ordenadamente una empresa insolvente, proteger a los acreedores y evitar responsabilidad penal personal. Aquí te explicamos
cómo hacerlo correctamente.
¿Qué es la responsabilidad del representante legal?
El representante legal es la persona que responde por la gestión de una empresa. Puede ser el gerente general, el administrador o un socio con poderes de administración.
Cuando una empresa entra en insolvencia, el representante legal:
- Debe actuar con diligencia y buena fe.
- Tiene el deber de informar adecuadamente a los acreedores.
- No puede ocultar activos ni favorecer a algunos acreedores sobre otros.
- Está obligado por ley a iniciar el procedimiento concursal dentro de un plazo razonable
si la empresa no puede pagar sus obligaciones.
¿Qué pasa si no actúas a tiempo?
Si, sabiendo que la empresa está en quiebra o en cesación de pagos, sigues operando normalmente, puedes exponerte a graves consecuencias legales. Por ejemplo:
- Apropiación indebida si pagas sueldos o deudas personales con fondos de la empresa.
- Fraude concursal si ocultas bienes, destruyes información contable o favoreces a ciertos acreedores.
- Responsabilidad solidaria si los tribunales determinan que hubo mala gestión, dolo o simulación.
- Administración desleal.
- Apropiación indebida.
- Ocultamiento de activos.
- Favorecimiento indebido de acreedores.
- Falsificación de documentos o contabilidad.
Todos estos pueden derivar en acciones penales personales, incluso si la empresa ya no existe.
¿Cuál es la solución legal?
El camino más seguro para protegerte como representante legal es acogerte a la Ley 20.720 o la Ley 21.563 a tiempo. Esto te permitirá:
- Cerrar la empresa legalmente.
- Extinguir sus deudas bajo supervisión judicial.
- Entregar toda la información contable y legal al liquidador.
- Proteger tu nombre, tu patrimonio y tu libertad.
Conclusión
Declararse en quiebra no es un fracaso, es una decisión responsable. Si eres representante legal de una empresa que ya no puede operar ni pagar sus deudas, tienes el deber —y el derecho— de actuar legalmente.
Mientras más tiempo esperes, mayor es tu exposición legal. Mientras más rápido actúes, más opciones tendrás de salir sin consecuencias personales.
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